perder el norte

No estaría mal tener una carta de navegación en la cabeza con las coordenadas bien señaladas y con los correspondientes desvíos y correcciones magnéticas para guiarnos bien.
¿Tan difícil es no alejarse del rumbo? A los barcos les afectan las corrientes, los vientos, las dimensiones del casco... Unas cuantas cosas pero es que a nosotros nos afectan infinitas más.
Es curiosa la facilidad que tenemos para olvidarnos de todo; eso que tanto se dice en España con el terrorismo. Cuando algo sucede: todos tensos, pelos de punta e improperios por la boca. Después no hace falta mucho para que se nos pase todo y nos olvidemos. Tenemos muy mala memoria.
No es el terrorismo lo que más me importa ni lo que motiva este post. Está el mundo tan patas arriba que renunciamos todos los días a tener conciencia para poder llevar una vida sin remordimientos. ¡Imagínate el panorama!
Hoy es blanco y mañana es negro, hoy quiero esto y después quiero lo otro y ¿por qué? espero que no sea porque en la búsqueda del negro caíste en el camino que lleva al blanco y te conformaste.
Necesitamos rumbo. Más que los barcos. Mucho más.
Nos dé Dios aguas navegables.