el mismo dolor

A mí también me toca a veces pasarlo mal, es la indefinición de a veces lo que me deja un poco de privacidad, porque pasarlo mal, lo pasamos todos.
Siempre me negué a aceptar el discurso de los ricos también lloran así que me retracto de mi pensamiento: ellos también sufren aunque seguramente me interese menos su dolor, no porque les tenga envidia, sino porque tienen medios para atenuarlo.
No existe —que yo sepa— una escala de la desgracia, todos somos desgraciados, pero no hay referencia numérica: yo soy un desgraciado 3 y tú desgraciado 2,5 y un etíope desgraciado 3049.
Y no la hay, porque depende de nosotros mismos la gradación de esa desgracia, hay gente objetivamente más desgraciada que otra y en cambio lo viven de manera completamente diferente. Será que lo vemos desde nuestro punto de vista: si yo estuviera como éste sería mucho más desgraciado, ¿por qué parece tan feliz?, en cambio este otro no sé porqué se cree tan desgraciado si no tiene motivos... ¿qué motivos? ¿los nuestros? divago...
Establezco que soy desgraciado y su opuesto, que soy rico y su opuesto, que soy guapo y su opuesto, que doy pena y su opuesto. Siempre seremos de todo a ojos de otras personas; desde su escala, miden y se comparan. Es cierto que mal de muchos, consuelo de tontos, pero si tenemos y tienen, razones para considerarnos y que nos consideren: felices y desgraciados, me quedo en la felicidad.
Aunque tengamos el mismo dolor.