cena pirules

Este es el nombre que recibe una cena que hacemos tolos collacios unas 3 veces al añu. Simplificando, mi vida está enriquecida principalmente por dos vertientes: una Rodiles y otra Xixón. Los collacios de Rodiles son unos collacios de temporada braniega, de 3 meses al añu.
Nos conocemos desde nada, desde la más tierna infancia. Mi mejor amigo allí (Jordi) puede decirse que fue una amistad forzosa: teníamos 5 años o pocos más —ya me pierdo como los vieyos cuando cuentan historias— y éramos los únicos dos guajes de esa edad que paraban por el invierno, así que a nuestras madres (para quitarnos de encima claro) se les ocurrió la feliz idea de ¿porqué no jueguen juntos? y hasta hoy, que conste que ha habido peleas (que siempre perdía yo) y demás trifulcas, claro que de infancia, porque si nos pegásemos ahora que somos vieyos posiblemente sólo uno terminaría con vida y seguramente ése no sería yo.
Pero en Rodiles hay muchos más amigos, a todos los aprecio y mañana nos reuniremos en esta cura antienfriamiento que llamamos cena de pirules. Que mi belly me perdone.