clases de vela

Hoy terminé el primer fin de semana de las clases de vela. Las clases de vela son ese trámite que hay que superar para que te concedan la licencia de patrón. Son dos fines de semana. Éste fue el primero. El sábado no estuvo mal, hubo algo de viento. Las palabras son un mundo: la driza, la baluma, la escota, el winche... Un pequeño fracaso del español. Todo términos prestados del francés y del inglés.
En la bañera mucho pijerío:

— No me gustan los barcos de velaaaaaa, esto va muy inclinadoooo. Te compras tú un velero y yo una motoraaaaaa.
— ¿alguien dio clases de buceo? sí yo en Santo Domingoooo, y me acuerdo cuando estuve en Caracasssss... y en México intenté montar un negocio pero aquello es imposibleeee.

En fin, que no pintaba nada entre tanto pijo. Yo estuve en Aboño e hice prácticas de submarinismo en La Ñora e intenté montar una academia en el Cerillero. No te jode.
Nah, un kilombo. Hoy no hizo viento y aquello no se movía. Pero con la semana que tuvimos no me puedo quejar del tiempo: simplemente espectacular.
Se ve que avanza la gripe aviar. Hoy uno de los tripulantes estuvo las cuatro horas sorbiéndose los mocos e imagino que a estas horas se los seguirá sorbiendo. Qué cosa más gocha. Apetecía tirarlo por la borda